Alejandra Saiz, una joven de 19 aƱos que lleva con la pesada carga de la anorexia y la bulimia desde los 13, explica: āYo mĆ”s bien creo que siempre llevarĆ© conmigo esta enfermedad, sabrĆ© llevarla mejor o peor, pero estarĆ” conmigoā. Alejandra lleva seis aƱos en tratamiento contra estos trastornos pero segĆŗn afirma sigue teniendo que mantener la cabeza frĆa, ātengo que hacerlo para no decirme a mĆ misma que cada dĆa me veo peor o mĆ”s gordaā.
āTodo el mundo piensa que cuando se habla de anorexia y bulimia se habla de un problema en tu cabeza, se creen que cuando empiezas a comer la enfermedad se ha terminado, pero no, hay mucho mĆ”s detrĆ”s de todo esoā
Es un hecho que hoy en dĆa en la misma sociedad hay una presión muy importante sobre los jóvenes para que se mantengan delgados y esbeltos. Especialmente en la televisión venden con facilidad la equivocada idea de que la delgadez va ligada a la felicidad, al Ć©xito y a una mejor calidad de vida. En series, pelĆculas, programas y un largo etcĆ©tera vemos como las protagonistas son casi siempre mujeres con vidas laborales perfectas, familias perfectas y a lo que se suma, cómo no, un perfecto fĆsico, este factor sociocultural y que hace meya en las vidas de muchas chicas es uno de los mĆ”s importantes, Ane Zubizarreta, otra chica joven de 22 aƱos nos cuenta que āla misma sociedad hace a muchas mujeres caer en este problema, si nos fijamos bien, las actrices, las presentadoras, las modelos⦠todas las mujeres que parecen ser alguien tienen piernas largas y vientres planos, y para ti son un icono, buscas lo mismoā.
Ane estuvo ingresada en una clĆnica especializada para combatir su enfermedad durante dos aƱos, ādespuĆ©s de haber visto tantas cosas en la clĆnica, chicas de catorce aƱos que pesaban menos de 30 kilos, otras que no se daban cuenta de cuĆ”l era su problema, tantas cosas⦠ya me di cuenta de que tenĆa que aceptarme como era, igual nunca podrĆ© tener ese vientre plano maravilloso, pero eso no significa que mi cuerpo no pueda ser igual de bonitoā.
āYo a mĆ misma me decĆa que estaba bien, que mi cuerpo estaba bien y tambiĆ©n mi cabeza, pero la realidad es otra, tu cabeza no estĆ” bien y te hace ver otro cuerpo que no se corresponde con el tuyoā
En la mayorĆa de casos, no son las personas afectadas por estos desórdenes las que buscan ayuda, ya que no creen que la necesiten, suelen ser sus familiares o amigos quienes dan la alerta e intentan ayudar a que los enfermos acepten su problema. Marta Varona, una joven de 21 aƱos ya recuperada de su enfermedad nos explica que fueron sus padres quienes se dieron cuenta de su problema en un primer momento, āellos ya sabĆan lo que me estaba pasando, pero yo no entraba en razón, en ningĆŗn momento pensĆ© que lo que hacĆa no era normalā, para Marta, su ingreso fue como āuna patada de repente en la espinilla, llevaba tres dĆas sin comer, me desmayĆ©, y cuando me vi en esa situación al despertar me di cuenta de que lo que estaba haciendo no era bueno para mĆā.
āSolo pensaba en bajar y bajar de peso, querĆa verme igual de delgada que otras chicas que para mĆ eran un ejemploā